Los cuentos que aquí presentamos fueron inspirados por imágenes, música o libros elegidos al azar. Las imágenes en cada entrada representan la fuente de inspiración que tuvo cada cuento.
Era una noche fría, llena de neblina y el piso mojado, pero sus veintitantos años le permitían usar esa minifalda sin medias y sin quedarse congelada en media vereda. Estaba parada en la esquina esperando a alguien mientras veía su celular. La luz del faro iluminaba su rostro, se notaba que estaba arreglada, no era mucho el maquillaje, pero la...
La noche que E y yo nos conocimos sentí una extraña familiaridad. Al final de la noche, luego de varios tragos me dijo: "Me siento tan en confianza que te llamaría para esconder un cadáver".
Estos tres amigos comparten un secreto aunque no lo saben. No al mismo tiempo, pero me acosté con los tres.
Había caminado por horas, sus pies le decían que eran días, sus piernas que ya pare, pero su cuerpo solo seguía moviéndose. Sentía que si se quedaba quieta podría desaparecer, no morir, desaparecer. Se movía sin ver lo que pasaba a su alrededor, esquivando cuerpos y objetos por pura inercia. Su cerebro no manejaba su cuerpo.
Se paró para ver a su alrededor, desde ese lugar podía ver el pueblo casi completo como unos pocos puntos en el paisaje. ¿Cuánto tiempo había caminado? No llevaba reloj, pero sabía que no faltaba tanto para que empezará a caer la noche. Debía volver...
Sueño con un pasillo lleno de puertas. Las voy abriendo, una por una, pero no recuerdo nada de su interior. Sé que debo llegar a la última para encontrar respuestas, nunca lo logro.
No quería preguntar, pero la idea la estaba volviendo loca.
Estaba agotada, no había pegado un ojo en toda la noche. Sentada en la cama con la espalda pegada al respaldar, mantenía la vista fija en la ventana de al frente. Tenía los ojos secos y las mejillas con rastro de sal. A su lado un hombre dormía placidamente, ella no lo veía pero sentía su respiración. Él le daba...
Era tarde, todavía tenía mil folmularios más por llenar, pero ya había pasado su hora de salida y el sueño empezaba a cerrarle los párpados. Elisa miró el reloj y decició que ya había trabajado lo suficiente. Guardó los formularios vacíos y tomó su abrigo.
Salieron a la discoteca buscando curar mal de amores. El de ella era de tres semanas, el de su amiga reciente. Vestido corto, sandalias de taco, maquillaje cargado y mucho perfume. Llegaron, un shot de tequila, la putivuelta, tres grupos interesantes