Insomne
De Emilia Patiño Carreño
Estaba agotada, no había pegado un ojo en toda la noche. Sentada en la cama con la espalda pegada al respaldar, mantenía la vista fija en la ventana de al frente. Tenía los ojos secos y las mejillas con rastro de sal. A su lado un hombre dormía placidamente, ella no lo veía pero sentía su respiración. Él le daba la espalda y parecía que no notaba su presencia.
Le dió una mirada que quería ser rápida, pero se detuvo en su cara. No dormía con gracía y hermosura. Tenía la boca medio abierta y el cachete aplastado por la almohada. Ella sonrió con ternura, se acercó a su mejilla y le dió un beso, un poco más largo de lo que debía durar un beso. En la cara del hombre asomó una leve sonrisa. Trató de alejarse, pero parecía que ese cuerpo que descasaba como una masa inmóvil, la atraía como un imán. Le abrazó por la espalda. El cuerpo siguió innerte, indiferente a su tacto. Pasaron unos segundos y volvió a levantarse.
Sentada en la cama veía al hombre que respiraba con dificultad. Se levantó de la cama y se puso la ropa que estaba tirada en el piso, con el orden que cae cuando el apuro llama.
Vestida y lista miro de nuevo al hombre. Se acercó para besarlo, pero supo que si lo hacía no se iría. Se alejó con rapidez y sin dar una última mirada salió de la habitación. Llegó a la puerta sabiendo que no volvería, pero con la esperanza de ser detenida. La abrió haciendo ruido... nada. Cerro la puerta en silencio.
El hombre giro su cuerpo todavía dormido hacia donde había estado ella. Sonó a lo lejos una puerta que se cerraba. El hombre abrió los ojos y notó la ausencia, levantó un poco la cabeza, como buscando, tenía tristeza en los ojos, pero los cerro rápido para hacerla desaparacer.