Sombras

11.12.2020

De Emilia Patiño Carreño


Había caminado por horas, sus pies le decían que eran días, sus piernas que ya pare, pero su cuerpo solo seguía moviéndose. Sentía que si se quedaba quieta podría desaparecer, no morir, desaparecer. Se movía sin ver lo que pasaba a su alrededor, esquivando cuerpos y objetos por pura inercia. Su cerebro no manejaba su cuerpo.


Ya no recordarba bien la pelea, por qué empezó, de qué trataba. Pero las palabras no dejaban de martillarle los oídos. Siguió caminando, como tratando de huir de ellas, como si al alejarse de la casa, las palabras se perdieran, pero al contrario cada vez subían más su volumen.


De pronto, sin pensarlo se detuvo, como si una pared hubiese parado sus pasos. Se detuvo y sintió que caía. Por primera vez en todo su recorrido miró en donde estaba. En ese momento tuvo conciencia de nuevo de su cuerpo. Noto las sobras que le atravesaban la cara como barrotes en una cárcel. Una cárcel en la que se había metido al pronunciar aquellas palabras.


¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar